La “maquina de enseñanza” diseñada por B. F. Skinner era un artefacto que hoy veríamos como primitivo (igual que el primer ordenador de Pascal), pero que utilizaba los principios de conducta para mejorar el proceso de aprendizaje de conceptos y términos escolares. Su mayor aportación fue el concepto de “enseñanza programada” que creó con esa maquina.
Precisamente ha sido su hija, Julie Vargas Skinner quien se ha especializado en la enseñanza programada, especialmente en la llamada “Instrucción Directa”, como forma de diseñar un programa educativo individualizado, definiendo objetivos, tareas y actividades en un determinado contenido educativo. Ella narra en una pequeña biografía como Skinner tuvo la idea de las “maquinas de enseñanza” al visitar la escuela (11-11-1953) de uno de sus hijos, en la clase de matemáticas, donde se dio cuenta que el profesor hacia todo lo contrario a los principios del aprendizaje, los niños hacían problemas de matemática uno tras otro, sin recibir feedback alguno, hacían cuentas una tras otra sin saber si los resultados estaban bien o no. Aquella misma tarde ya había diseñado su primera maqueta de “maquina de enseñar”.
Fotos de dos ejemplares de maquinas de enseñanza donde el alumno puede escribir la respuesta en un lateral, y hacer avanzar los siguientes ítems o tares programadas.
Básicamente consistía en una caja sobre la que el alumno situaba la hoja de los conceptos para aprender, y sobre ella otra lámina ocultaba parte del texto. El alumno iba leyendo el texto, y aprecia una pregunta que debía contestar por escrito, eligiendo entre varias alternativas o rellenando una palabra. Una vez contestando perforando el espacio correcto, el propio alumno rodaba la lámina y descubría la respuesta correcta. Si era así, la maquina continuaba al siguiente concepto y anotaba un punto como reforzador; si la respuesta no era correcta no dejaba avanzar, ya que el texto debía leerse y contestarse de nuevo. Una variación de ese tipo de maquinas educativas de la época, y que todavía entre los juguetes actuales que se regalan a los niños, es el “conector” (o similar nombre comercial). En una lamina con dibujos o colores, el niño conecta un pequeño lápiz con electrodo sobre un punto (el dibujo) y otro sobre la palabra, si la respuesta es correcta se enciende una luz o sonido.
Esa primera maquina no hacia sino presentar los problemas o cuentas matemáticas una tras otra, pero dando feedback sobre la solución en cada una. Tres años después había desarrollado la secuencia en pasos para que el alumno aprendiese progresivamente. Había nacido la instrucción programada. Durante diez años estuvo trabajando en diversas maquinas para enseñar a los estudiantes de Harvard. Las maquinas eran puramente mecánicas, no había nada de electrónica en ellas. Como producto de los diversos materiales educativos, Halland y Skinner publicaron un libro en 1974 para enseñar los principios del comportamiento a los estudiantes. En este libro el alumno debía tapar la respuesta y consultarla solo una vez respondida la pregunta (algunos mirábamos la solución antes….). El desarrollo posterior de esas maquinas mas sofisticadas, ya no permitían ver las soluciones, y solo aparecían al responder y mover la rueda de avance del texto, presentando así las contingencias oportunas.
El hecho fundamental es que cada respuesta del alumno debe recibir contingencias inmediatas. Pero las “maquinas de enseñanza “que ideo, y que llego a construir, no estaban pensadas como elemento único del aprendizaje, sino como un apoyo a la programación que hubiese realizado el profesor. De esta forma, mientras la maquina proporcionaba la tarea programada en los conceptos de lectura o aritmética, el profesor podía proporcionar apoyo o autorización a varios alumnos. La maquina no enseñaba por si misma, sino que ponía en contacto al alumno con el material de una forma estructurada, y le ayudaba en el aprendizaje progresivo de conceptos mas complejos. De esta forma, pensaba que la instrucción mecanizada y la instrucción programada podrían integrarse en la escuela, no reemplazando al profesor, sino proporcionándole un instrumento para el aprendizaje progresivo, con los mínimos errores y con reforzamiento contingente.
Skinner desarrollo su “maquina de enseñanza” en 1958, basada en un modelo previo de Pressey, pero con notables cambios. Por un lado, la maquina presentaba información y textos que leyera el alumno, y por otro el alumno debía componer su respuesta escribiendo, es decir, no meramente señalar o seleccionar una respuesta ya dada. Además, la maquina presentaba las tareas para aprender en pequeños pasos progresivos, diseñados en una secuencia programada de lo mas fácil a lo mas difícil. Se utilizaban los principios de reforzamiento diferencial, moldeamiento progresivo, analisis de tareas, ayuda y desvanecimiento, aprendizaje-sin-error, etc., conceptos todos ellos utilizados posteriormente en la enseñanza más habitual.
En un maquina utilizada para enseñar ciencias naturales (en la foto), los textos con preguntas y respuestas estaban escritos en un disco, colocado dentro de la caja, a través de una pequeña ventana el alumno podía leer y ver la pregunta escribía la respuesta en un lateral de otra ventana, y giraba el disco que hacia aparecer la respuesta correcta. Al avanzar el mecanismo, la respuesta escrita por el alumno ya estaba cubierta y no podía cambiarla. Posteriormente el profesor verificaba las respuestas, y si había errores presentaba de nuevo el mismo material de estudio, solo cuando se superaba esa lección el alumno podía poner el siguiente disco, y ser reforzado por su progreso.
MAQUINA DE ENSEÑANZA DE SKINNER utilizo en un proyecto para enseñar ciencias naturales en Harvard. Imagen procedente del National Museum of American History
Con esas experiencias, Skinner publico su libro “Tecnologia de la Enseñanza” (1968) con la idea de aplicar los principios de la conducta para mejorar el proceso de enseñanza escolar. Otros autores desarrollaron posteriormente muchos de esos principios en laenseñanza de niños con retraso, la escuela primaria, secundaria y también en la universidad. Entre esos principios se encuentra el de “Enseñanza Programada”, que consiste en la elaboración de un texto para aprender de forma autónoma por el alumno, pero programado de forma tal que haya contingencias de reforzamiento inmediatas sobre cada nuevo concepto aprendido, y que el proceso de aprendizaje se produzca de forma gradual, de más sencillo a más difícil.
Muchos de los cursos actuales por ordenador o por internet siguen estos mismos principios. El texto está previamente programado, pero el alumno no puede ir a cualquier parte del texto, sino que ha de seguir los pasos predeterminados, y ha de contestar a preguntas y demostrar que ha asimilado los conceptos anteriores; y además el programa presenta reforzamiento positivo sobre los avances conseguidos en cada capitulo. La dificultad está en el profesor que realiza esa programación, puesto que ha de estructurar los contenidos, dividir en etapas cada contenido, analizar las tareas en cada concepto, imaginar formas de comprobar la asimilación de ese contenido, y de reforzar positivamente cada nuevo concepto.
En castellano se tradujeron en su momento dos textos programados (que hoy son casi incunables) para aprender el propio Analisis de Conducta: Halland y skinner (1980), y Sidman (1978). Hoy son cientos de libros que intentan enseñar diversas materias escolares.
Con esas experiencias, Skinner publico su libro “Tecnologia de la Enseñanza” (1968) con la idea de aplicar los principios de la conducta para mejorar el proceso de enseñanza escolar. Otros autores desarrollaron posteriormente muchos de esos principios en laenseñanza de niños con retraso, la escuela primaria, secundaria y también en la universidad. Entre esos principios se encuentra el de “Enseñanza Programada”, que consiste en la elaboración de un texto para aprender de forma autónoma por el alumno, pero programado de forma tal que haya contingencias de reforzamiento inmediatas sobre cada nuevo concepto aprendido, y que el proceso de aprendizaje se produzca de forma gradual, de más sencillo a más difícil.
Muchos de los cursos actuales por ordenador o por internet siguen estos mismos principios. El texto está previamente programado, pero el alumno no puede ir a cualquier parte del texto, sino que ha de seguir los pasos predeterminados, y ha de contestar a preguntas y demostrar que ha asimilado los conceptos anteriores; y además el programa presenta reforzamiento positivo sobre los avances conseguidos en cada capitulo. La dificultad está en el profesor que realiza esa programación, puesto que ha de estructurar los contenidos, dividir en etapas cada contenido, analizar las tareas en cada concepto, imaginar formas de comprobar la asimilación de ese contenido, y de reforzar positivamente cada nuevo concepto.
En castellano se tradujeron en su momento dos textos programados (que hoy son casi incunables) para aprender el propio Analisis de Conducta: Halland y skinner (1980), y Sidman (1978). Hoy son cientos de libros que intentan enseñar diversas materias escolares.